miércoles, noviembre 17, 2004

EsTo...

Un día, paseando por un bosque, me encontré con un duende, y me dijo: el tomate sin la sal sería un plátano, a lo que yo le contesté: si juntas una hoja con una roca, qué nos queda? Entonces el duende se transformó en una flauta y desapareció.

Moraleja: Nunca mezcles los ácidos con el alcohol.
P.D: Gracias a Gus, el catralero más dicharachero de la Vega BaJa xD

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueeenoooooo....ya estamos con las fábulas asindóticas estas raraaaas, bueeenoooo...que días llevamooos...no! no puede caber aqui, no puede caber aquii, no puede caber aquiii...Cuñaaaaaa, vamos de mal en peoor...